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Metodología PI® (Planeación
Inversa)
Juan José Lopera, 2012.
Juan José Lopera, 2012.
Definición.
La Metodología de Planeación Inversa®, es una metodología diseñada
para construir estrategias y estructurar proyectos difíciles por
naturaleza. Complementa las metodologías
tradicionales de planeación y gestión de proyectos abriendo puertas de
percepción diferentes y enriquecedoras, permitiendo su revisión desde otro
ángulo y generando ideas novedosas que resuelven vías bloqueadas en el
desarrollo del proyecto.
Justificación y antecedentes.
Cuando uno elabora un proyecto, una estrategia, busca una solución
para un problema, casi siempre comienza a construir cronológica y
concatenadamente a partir del estado actual.
Se trata de una aproximación, en muchos casos, exitosa. No en todos. La Metodología PI® por su parte,
hace el camino inverso y ofrece dos variantes adicionales al proceso de
elaboración de la solución, de la estrategia. Toma herramientas prestadas del
coaching y de la PNL y las articula de manera concreta en torno al problema declarado
y la solución deseada.
Del coaching, toma los conceptos de Estado Actual y Estado Deseado
como marcadores básicos de la ruta que debe seguir la solución (punto de
partida y punto de llegada). De la PNL
toma las técnicas proyectivas de visualización de futuro, de línea del tiempo y
también, los ejercicios de posiciones perceptuales.
Ante situaciones y conversaciones difíciles y en múltiples
ocasiones, nos encontramos repitiendo errores.
Es como si el impulso hacia la solución labrara un surco por el que de
manera casi obligatoria, tienden a fluir las aguas de la creatividad. Encerrados en las fronteras de dichos
paradigmas, difícilmente percibimos maneras diferentes de hacer las cosas y
llegamos a los mismos y conocidos callejones sin salida.
El fracaso repetido tiende a convertirse en hábito y a generar, como
atractor implacable, comportamientos tendientes a reproducirlo. La Metodología PI® rompe ese círculo
vicioso. Parte de enfocarse en la
situación ideal, resuelta, para reconocer, si eso fuera posible, qué pasos
habría habido que tomar para conseguirla.
Descripción esquemática.
1.
Identificación de la necesidad. Visualización del estado actual.
2.
Recapitulación breve de los
intentos de solución fallidos.
3. Visualización del estado
deseado. Exaltación de las
submodalidades perceptuales (PNL VAKS). Definición
del plazo de cambio.
4.
Integración en primera persona
en el estado deseado.
5.
Regresión lenta en línea de
tiempo hasta el momento actual.
6.
Durante la regresión al estado
actual, percepción de las acciones y lo pasos que tuvieron que darse para que
el estado ideal o deseado se manifestara en toda su plenitud.
7.
Realización del mismo proceso
como observador (3ª posición perceptual).
8.
Recapitulación de hallazgos,
ideas útiles, puntos de palanca.
9.
Si es en grupo, puesta en común
de nuevas ideas y estrategias.
El facilitador invita al participante o al grupo a que se concentre
en definir de manera personal la situación que les preocupa y ante la que han
intentado diferentes soluciones sin éxito.
Les pide que la escriban de manera muy somera.
A continuación, les pide que cierren los ojos e induce una
relajación moderada. Una vez alcanzado
ese estado les pide que visualicen, sientan y escuchen aquellos elementos
relacionados con la situación actual que les permitan conectarse con ella
claramente. Les pide que visualicen a lo
lejos la situación deseada o ideal, la resolución y que comiencen a ir hacia
allá identificando algunos de los bloqueos que normalmente han encontrado en
sus intentos. Les pide que vuelvan a la
visualización de la situación actual, no resuelta, y les pide que abran los
ojos y salgan por un momento del estado de relajación y trance superficial.
Les pide que complementen la descripción escrita de la situación con
lo experimentado. Generalmente esta
experiencia la enriquece. La función de
esta fase es activar los motivadores inconscientes y traer a la mente
consciente, algunas de las dificultades no detectadas en la acción mecánica que
ha representado los intentos fallidos para encontrar o producir la solución.
Luego, el facilitador invita de nuevo a la relajación y ahora les
pide que imaginen, sientan y escuchen todo lo que les sea útil del estado
ideal, de la situación de solución y que le adjudiquen a esa solución, un
tiempo de ejecución determinado, el que ellos mismo, individualmente, sientan
apropiado. Se exaltan las submodalidades
perceptuales del estado deseado, de la solución y en el punto de máxima
exaltación, se le pide a los participantes que se integren a la experiencia de
solución en primera persona y que registren sus percepciones de ese estado
ideal.
Luego se les invita a que muy lentamente comiencen a ir hacia atrás
en el tiempo reconociendo y haciendo un pequeño alto en los momentos y las
acciones que fueron siendo definitivas para construir la solución. Siempre de manera retrógrada. Utilizando una metáfora deportiva, el atleta
se visualiza rompiendo la cinta de meta, ganando la carrera y, rebobinando
lentamente la película se da cuenta de las acciones clave que iba realizando
durante la carrera, en la salida, viniendo desde el camerino, entrenando, etc.
Una vez llegados de nuevo al estado actual, se hace una
recapitulación escrita y acto seguido, se repite el ejercicio utilizando la posición
perceptual de observador, desde afuera, en 3ª persona. Se escriben nuevos hallazgos y se pasa a
compartirlos en grupo y a generar una estrategia novedosa para la situación planteada.
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