domingo, 29 de mayo de 2011

Preguntas transformadoras Vanessa Limpkin

Preguntas transformadoras

¿Has pensado que si te hicieras la pregunta adecuada, tu vida podría dar un giro total? Mi abuela, una mujer enérgica y emprendedora, decía que en el camino de la vida “con sólo doblar una esquina toda tu vida podría cambiar al instante”. Si no lo crees así, piensa en una decisión singular que hayas tomado y en la manera en que ésta transformó tu vida, tus creencias, tu ocupación, e incluso el país donde vives actualmente. Esa fue tu esquina. Y hay más. ¿Por qué conformarse con una?

Según Tony Robbins, “las preguntas que nos hacemos determinan la calidad de vida que llevamos”. En el proceso de coaching, el/la coach creará el entorno y ambiente adecuados para que su cliente pueda reflexionar acerca de su situación, y conectarse con sus opciones y su potencial. Muchas son las herramientas que utiliza un/una coach profesional en este proceso, y una de las herramientas más potentes que utiliza, son las preguntas. Piénsalo, una pregunta genera movimiento mental y, si es verdaderamente transformadora, generará la movilización de los recursos internos y externos de su cliente, e incluso movimiento hacia la acción.
¿Qué tipo de camino transitas en estos momentos de tu vida?
¿Es el mismo camino, una y otra vez?
¿Ofrece opciones tu camino?
¿Puedes doblar esquinas, girar, subir, bajar, y transformar así tu paisaje y tu manera de experimentar el mundo?
¿Lo transitas con curiosidad, descubriendo nuevos elementos, nuevas personas, nuevas experiencias, o lo transitas con aburrimiento y hastío, con la sensación de “siempre lo mismo”?
¿Transitas una variedad de caminos que permiten que te expandas y actives y compartas tus diferentes recursos, dones y talentos (hasta aquellos que ni sabías que existían dentro de ti)?
¿Qué caminos te gustaría transitar en esta nueva etapa de tu vida, además de, o en lugar de, el que transitas a diario?

Y la última en esta serie (¡quedan más!): El camino que transitas actualmente, ¿le habla a tu corazón, y al corazón de las personas que te rodean? ¿Qué responde tu corazón?

Hace unos meses llegó a mis manos un pequeño libro de Gay Hendricks, titulado Five Wishes (Cinco Deseos). En él, Hendricks relata un encuentro casual en una fiesta a la que, en un principio, no deseaba ir. Aburrido y con pocas ganas de hacer lo que en inglés llamamos “small talk” (conversaciones superficiales), iba pasando de invitado a invitado, cuando llegó a Ed quien, al igual que él, no disfrutaba de las fiestas, ni de las conversaciones inconsecuentes que en ellas surgían. De modo que acuerdan tener una conversación profunda. Después del momento inicial de indecisión (“Empieza tú”, “No, mejor empieza tú”), Ed le cuenta a Gay que había estado a punto de morirse (¡eso si que es una conversación profunda!), y que actualmente consideraba que era lo mejor que le había pasado porque en su lecho de muerte alguien le había hecho el regalo de una pregunta que había cambiado su vida.

Hendricks, que en ese momento de su vida transitaba una y otra vez el mismo y trillado camino, desea, ansioso, conocer esa misteriosa pregunta que a partir de entonces continúa influyendo en la vida de Ed. Este le pide que se imagine dentro de cincuenta, o más, años en su lecho de muerte y que, mirándole a los ojos, le hace tres preguntas. Ahora, te pido que te hagas tú las mismas preguntas.

PRIMERA PREGUNTA: ¿Fue tu vida un éxito rotundo? Si no lo fue, te estarás dando algunos motivos por los que no lo fue.

Por ejemplo, “Mi vida no fue un éxito rotundo porque nunca me permití dedicarme a la música, que es lo que siempre anhelé en mi vida.” (Por lo visto, J.Paul Getty, que en su momento fue el hombre más rico del mundo, dijo en su lecho de muerte que felizmente hubiera renunciado a todos sus millones a cambio de una única experiencia de felicidad matrimonial – da qué pensar, ¿no?).

SEGUNDA PREGUNTA: ¿Qué te hubiera gustado que ocurriera para que tu vida fuera un éxito rotundo? Ahora convierte tu deseo en un resultado conseguido.
Por ejemplo, “Mi vida es un éxito rotundo porque estoy disfrutando de mis talentos a través de la música, dedicando parte de mi tiempo libre a componer y a tocar música en grupo. Me deleito en ello y deleito a los demás”.

TERCERA PREGUNTA: ¿Cuál es un primer paso que vas a dar de inmediato que te va a acercar a ese resultado que acabas de mencionar?

El enfoque hacia la acción es fundamental en el proceso del coaching. Detalla el primer paso y los pasos subsiguientes, con fecha, y anota los pasos en tu agenda, comprometiéndote a comenzar “ya”.

Por ejemplo, AHORA: “Sacar mi guitarra acústica, limpiarla y cambiarle las cuerdas”. A DIARIO: “Practico 45 minutos de 20:00 a 20:45”. 14 abril: Llamar a Pablo y Julia e invitarles a formar un grupo.

Y así sucesivamente. El camino que exploras puede ser el de pareja, el laboral, el de salud, el del ocio, el de finanzas, o cualquier otro que sea importante para ti en estos momentos.

Trina Paulia relata la historia de una oruga, de nombre Amarilla que, al escuchar por primera vez la palabra mariposa, se emociona por dentro y pregunta: “Pero, ¿qué es una mariposa?”
Su compañera oruga, desde dentro de su capullo le responde: “Es lo que estás destinada a ser”. Amarilla, entre curiosa y desafiante le pregunta: “Cómo puedo creer que llevo una mariposa dentro cuando lo único que veo es un gusano peludo?” Y añade: “¿Cómo se convierte una en mariposa?” A lo que la oruga, desde su capullo le responde:
"Debes desear tanto volar que estás dispuesta a dejar de ser oruga".

Una última pregunta, en esta sesión de coaching transformador. Estás ante ese camino que anhelas transitar, lo tienes delante, puedes verlo, sentirlo, tocarlo, e incluso oírlo, porque le susurra dulcemente a tu corazón. Sólo te queda dar el paso. Un paso adelante solamente. ¿En quién necesitas convertirte para darlo?

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