martes, 25 de diciembre de 2012

La familia empresaria I.

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Juan José Lopera Sánchez.
MD, Máster PNL, Coach, 
Constelador Organizacional.

La mayoría de las empresas que conocemos son empresas familiares. En los Estados Unidos de Norte América, cerca del 80% de las empresas son familiares y entre ellas generan aproximadamente el 60% del empleo en ese país.  En Colombia, casi el 70% de las empresas son familiares.  No sólo se trata de Pymes.  Grandes multinacionales como  Ford, Levi-Strauss, Motorola, Succhard, Marriot, Fiat, Mercedes Benz, Hallmak, Mitsui, Rothchild, son algunos de los ejemplos más conocidos a nivel mundial.  En Latinoamérica Bimbo, El Tiempo, Carvajal, Taca, Copa, Bavaria, son algunas de las más reconocidas y poderosas.

Las que permanecen en el tiempo son excepciones pues, los ciclos de vida de las empresas familiares tienden a ser cortos, limitados.  Dos de cada tres empresas familiares desaparecen antes de que tome las riendas la segunda generación (hijos del fundador), y de las que quedan, el 70% desaparece antes de que los nietos tomen las riendas.  Esto implica que en la tercera generación, sólo subsiste el 11% de ellas. 

El factor clave que determina su longevidad tiene que ver con su capacidad de gestionar las conversaciones difíciles, de madurar ante las crisis y la manera en que es conducida tanto en los remansos como en las tormentas.  Tiene que ver con la forma en que la familia empresaria tenga en cuenta la dinámica empresarial; que reconozca que en su empresa, por ser familiar, existen elementos complejos en permanente interacción que exigen un manejo cuidadoso, transparente, atento y consciente.

A nivel sistémico, las empresas familiares son regidas desde su interior por leyes y fuerzas implícitas, por lealtades no visibles que generan en muchos casos, frecuentes tensiones y crisis y necesitan un abordaje particular, muy cuidadoso y consecuente so pena de la ruptura de vínculos familiares y, eventualmente, el colapso de la empresa. 

A diferencia de los socios o trabajadores de una empresa que no presentan vínculos familiares, en las empresas de familia, los miembros tienen una historia relacional y emocional compartida que tiñe de manera particular sus relaciones y la manera en la que se comunican.  Su capacidad de reconocimiento de esa historia y su disposición a sanar las memorias de los momentos difíciles y las huellas que dejaron son fundamentales para determinar el pronóstico evolutivo de su empresa.

También es fundamental la capacidad de establecer unas normas claras que definan, a la manera de código de honor (protocolo de familia), las directrices, las normas de conducta, los compromisos básicos y los procesos de toma de decisiones, los lenguajes y estilos de comunicación presentes en las conversaciones y reuniones del consejo familiar empresario y de la junta administrativa o directiva de la empresa.

Sistémicamente existen tres principios fundamentales que rigen a los grupos humanos:  La pertenencia, el orden y el equilibrio.  Cada uno de ellos funciona de manera diferente en el marco familiar y en el marco organizacional y su consideración en profundidad, será objeto de la siguiente columna.