lunes, 23 de julio de 2012

Un nuevo humanismo.


Cómo llamar el nuevo humanismo?

Cómo entender a un ser humano post moderno que debe trascender el temor a la destrucción global (otro aspecto egoísta, egoprotector y egocéntrico) y habitar la responsabilidad coherente de su lugar en el universo?

Necesitamos un nuevo humanismo, transpersonal y trascendente, un humanismo multidimensional integrado, incluyente, sistémico, sintético y multifacético, que reúne visiones y propuestas que se vuelven complementarias y orgánicas…. que ubica al ser humano en el centro y en la periferia de un universo que vincula todos sus aspectos y todos sus procesos en el sutil misterio de la Vida.

El renacimiento italiano dio origen a un humanismo que buscaba "humanizar" los complejos lenguajes eclesiásticos y acercar cielo y tierra para hacerlos asequibles en el corazón del hombre-hembra. Humanismo integrador que gestó vidas ejemplares (Leonardo da Vinci, Giordano Bruno, Johannes Kepler), apasionadas con la visión de un conocimiento multifacético y coherente, consciente de las puertas que la biología ponía a su disposición para conocer y reconocer a la divinidad inmanente: Los sentidos, los poemas, la contemplación y el pensamiento.

El diamante en bruto no refleja la luz en sus visos múltiples...  El diamante pulido, será siempre multifacético.
El centro de la consciencia es una joya que se pule en el buril de la experiencia, cara por cara, faceta por faceta, hasta que su transparencia se convierte en luz monocromática en cada una de las frecuencias.
El ser humano es joya divina en proceso, proceso, actualidad y potencia.
¿Cómo llamar a ese nuevo humanismo?
Trascendente? Transpersonal? Transhumano? Transhumante… Transitorio?... pues transita y abuele las fronteras, y trasciende vallados, paradigmas, creencias, límites y apolilladas certezas y vincula en la consciencia, acciones y procesos, evidentes, implícitos o soterrados (lit: ocultos bajo la tierra, palpitando en los magmas internos) y es capaz también, de renunciar a la seguridad ficticia de la creencia, con la poderosa transparencia viva del constante descubrimiento…...
Al hígado y al riñón no les sirve un humanismo cuyo centro y rector absoluto es la parte más inexperta del cerebro, la que ha creado el pensamiento…, un humanismo que desdeña el rítmico palpitar del corazón coherente y que se nutre de la contradicción no atenta tiende a reproducir la contradicción, el conflicto, la quimera.  Que el hijo de la evolución y la neurona límbica ocupe su lugar en esta gran orquesta y acompase sus cadencias al ritmo total, no al que le dictan sus miedos!
Y, ¿cómo provocarlo? Y, ¿cómo recogerlo?... cada salto interno de consciencia que nuestro trapecista espíritu despliega, acumula la evidencia y recoge masa crítica, fundamental para el salto cuántico hacia la nueva humanidad, la humanidad trashumante, la nueva consciencia!!!! nuestro compromiso con la coherencia es el acto que fecunda esa visión y la pone en movimiento!
Raisha.