lunes, 19 de diciembre de 2011

Crisis, el factor humano.


Crisis: El factor humano.

Juan José Lopera Sánchez

La gran oportunidad inherente a las crisis, es una renovación consciente de virtudes y valores básicos.
(STEPHAN SCHMIDHEINY,
FUNDES, Crisis y oportunidades; ed Viva, Chile, 2004).

En chino, la palabra crisis está compuesta por dos ideogramas que, leídos independientemente significan peligro y oportunidad. Toda crisis implica un riesgo; también una oportunidad privilegiada para el aprendizaje, para transformar estructuras obsoletas, ensayar soluciones nuevas, crecer individualmente y como organización, para renovar, conscientemente nuestra identidad, visión, dirección y propósito.

Las crisis son reveladoras en esencia, como las bajas mareas, nos permiten reconocer en dónde se encuentran los arrecifes normalmente ocultos por la pleamar de la abundancia y la prosperidad. Si sabemos dónde están y cómo son, sabremos cómo enfrentarlos, cómo navegar entre ellos.

Ante procesos de debilitamiento financiero, disminución de ventas, cambio abrupto en condiciones cambiarias o fiscales que afectan directamente la rentabilidad y hacen vulnerable a una organización, acudimos a consultorías técnicas o estratégicas, cuyas recomendaciones son a menudo enfocadas y útiles para reencauzar la gestión y recuperar la calma.

Sin embargo, PWC afirma en su web que: …más del 41% de los procesos de cambio organizacional fracasan …y el 90% de esos fracasos radica en la falta de integración del factor humano (CSC AMA Survey Index, MORI)…

Para un gerente responsable, esas cifras serían impensables. Sin embargo, se sigue invirtiendo en estos procesos sin tener en cuenta que quienes implementan los cambios y llevan el peso de las crisis, son seres humanos. Esto es fundamental: Ante la amenaza, nos volvemos ansiosos, defensivos, descuidados, agresivos, perdemos productividad, eficiencia y fuerza de convicción a la hora de vender. La presión psicológica y emocional que produce una crisis en los directivos y trabajadores de una empresa es innegable y sus efectos evidentes… Pero, ¿qué hacer a nivel humano?

Antes de la crisis:

- Invertir en la salud sistémica de la empresa fortaleciendo el sentido de pertenencia (Compromiso esencial), equidad (Retribución justa) y reconocimiento (Vínculo), a través de intervenciones que alinean trabajador y empresa en visión compartida.

- Participar a los empleados de los estados financieros de la empresa y de las estrategias generales, proyecciones y amenazas percibidas.

- Fortalecer los vínculos de afecto internos (Liderazgo sensible).

- Revisar constantemente modelos mentales y presuposiciones.

Durante la crisis:

- Transparencia.

- Involucrar a empleados de todos los niveles en ejercicios de lluvia de ideas y generación de compromisos. Reconocer su sabiduría y el valor de su experiencia.

- Generar espacios de acompañamiento grupal e individual (coaching, etc) que permitan expresar temores, preocupaciones y expectativas.

Después:

- Acompañar la resolución permitiendo los duelos requeridos y facilitando una lectura sistémica (aprendizaje) del proceso.

- Alinear los cambios implementados con las competencias blandas necesarias desde intervenciones ancladas en una consciencia de valores, visión y propósito renovada.